

Valencia Estado Carabobo (Venezuela)
Palacio los Iturriza o Quinta la Isabela

El Palacio de los Iturriza, también llamado Quinta Isabela, es una construcción de finales del siglo XIX encomendada por Don Juan Miguel Iturriza. El complejo es una muestra de las casas coloniales en las que habitaban las familias acomodadas de Valencia en ese entonces, inspiradas en los modelos románticos europeos. Se trata de una suerte de palacete rodeado de jardines con una torre-mirador, balaustradas y un porche. En 1935 el palacio fue comprado por los Castrillo, quienes modernizaron la construcción incluyéndole baño, cocina e instalación eléctrica, y cambiaron la decoración. En 1991 el palacio fue adquirido por el Gobierno del Estado Carabobo.
por consenso familiar fue vendido en el año 1976 a un consorcio bancario italiano, quienes habían hecho un proyecto para un desarrollo de oficinas, proyecto éste negado por el Concejo Municipal para evitar que desapareciera la obra. Este consorcio lo vende a un grupo inversionista italiano y ellos, a su vez, lo venden a otro de Caracas. Es ahí donde comienza su deterioro.
El 2 de febrero de 1981, la quinta La Isabela fue decretada monumento histórico nacional por la Junta Protectora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación, lo que impidió su demolición.
Con el latente deterioro que sufría esta joya arquitectónica, el 25 de marzo de 1991, bajo la administración del entonces Gobernador Henrique Salas Römer, es declarada bien de utilidad pública y social, anunciando que sería convertido en Museo de la Ciudad, junto con otros inmuebles que más adelante integrarían el Circuito Museístico del Estado.


Su construcción fue lenta, paso a paso, detalle a detalle. La gran mayoría de los materiales de ornamentación fueron llegando en barco a nuestro puerto, procedentes de Europa, para ser colocados cuidadosamente en lugares apropiados y darle un toque de realce a su estilo. Su construcción fue confiada a un gran arquitecto de mucho renombre para la época, me refiero al arquitecto Francisco Fernández Paz, primo hermano de Zoila Paz de Castrillo (mi abuela), quien supo disponer cada pieza que él mismo había elegido en Francia para este bello palacete.
Don Juan Miguel Iturriza lo hizo construir para destinarlo a ser su casa de retiro y sosiego para sus fines de semana y festejar, en ocasiones, en compañía de su esposa, doña Elodia y sus hijos, a orillas de un Cabriales de limpias aguas caudalosas. En aquel entonces, esta zona era apartada del centro de la ciudad, donde se concentraba la población y se le podía llegar por una angosta carretera de tierra. Don Juan Miguel vivía con su familia en una bella casa en la calle Libertad, detrás de lo que fue el Teatro Imperio. El auténtico nombre de la quinta es “La Isabela“, el cual puede ser leído en la cumbrera central, nombre éste dado por Don Juan Miguel en honor a su madre, doña Isabela. Su hija se llamaba igual.
Más tarde, al morir don Juan Miguel Iturriza, el palacete fue deteriorándose por el abandono y la falta de mantenimiento. Su familia ya no lo visitaba. Y ya en el año de 1935, doña Elodia decidió ponerlo en venta, pero debido al estado en que se encontraba, su venta se hacía difícil, sus techos, pisos y paredes estaban en total deterioro. Fue entonces cuando Don Manuel Vicente Castrillo Paz, amigo de la familia Iturriza, lo compró, comenzando a trabajar muy minuciosamente en su recuperación, con un grupo de obreros destinados a tal fin.
